Un Día a la Vez
Me despido de ella y le digo que nos veremos más
tarde. Comienzo a hacer mi trabajo de granjero recogiendo el maíz primero y
después aplanando la tierra para sembrar más. Veo a mi amigo Palo voy hacia él para saludarlo:
- Ey’ Palo, como ‘tamo
- Na’ nuevo Jaco, lo mismo ‘e to’ lo’ día venir a
trabajar y después irme a mi casa.
Después de hablar un rato con Palo, fui a almorzar con
mi familia, cuando de repente tocan la puerta. Me paro a abrirla y ahí están
los dos hombres que vienen cada mes a advertirme sobre la misma cosa, que me
querían quitar mi tierra.
-
Buenas
tardes, señor Lara. Disculpe tener que interrumpir el almuerzo con su familia. El
general Cáceres y yo venimos de parte del presidente Lilis a hacerle un
comunicado, ¿podríamos pasar para hablar en privado?
-
¿Pa’
qué? ¿Pa’ decirme lo mismo que me dicen to’ lo’ mese’?
-
No,
esta vez vinimos a hacerle una propuesta a la que usted no podrá resistirse.
Achiqué mis ojos, lo pensé varias veces antes de volver
a hablar
-
Pues
pase.
Cuando entraron, nos sentamos en el mueble y hablamos
sobre la idea que tenían de hacer un complot contra Lilis, pensando que mañana,
26 de Julio, sería el día ideal para ejecutarlo, ya que se dirigía hacia
Santiago a pasar las vacaciones con su familia que lo esperaba allí
emocionadamente. Estaba planeado que en el carro solo iban a estar el chófer,
Blas de la masa, que también era parte del plan, Cáceres y Lilis.
Después de que se fueron, le dije a mi esposa e hija que tenía que ir en un viaje de trabajo para transportar el maíz hacia otra parte de país. Después de esto me fui a dormir, pues al día siguiente tenía que levantarme temprano para poner en marcha el plan, inmediatamente quedé rendido en mi cama…
El 26 de julio por la madrugada, me despido de mi
esposa y voy hacia la avenida San Martín para encontrarme con el general Cáceres.
Cuando nos encontramos discutimos un poco más el plan para que todo vaya de
acuerdo como los planeamos. Teníamos en mente que el chofer se desviara para que el
plan fuera más exitoso.
Estábamos de camino hacia Santiago, persiguiendo el
carro en donde se encontraba Lilis, el general Cáceres y yo estábamos listos
para disparar, de repente Lilis mata al general Vásquez y se da la vuelta y
mira hacia nuestro carro. Luego aparecen dos autos llenos de militares y
comienzan a disparar. Al mirar hacia la derecha ahí está Lilis apuntando su
pistola hacia mi frente, tira del gatillo…
Escucho una voz distante, era la de mi esposa
-Jacobo despierta, ¡Jacobo!
- ¡Qué! ¿Qué paso?
-Te estabas moviendo mucho ¿estabas teniendo una
pesadilla?
- Sí, lo siento, vamos a dormir.
Al despertar, veo la hora y me doy cuenta de que todo fue un sueño y que le había fallado a mis compañeros. Salí corriendo a donde nos íbamos a encontrar y me encuentro con un charco de sangre en el piso. Vuelvo corriendo a mi casa, sintiéndome culpable de lo que pasó.
Encendiendo el televisor y pongo las noticias para
informarme si ha pasado algo; “El presidente Ulises Heureaux, ha sido asesinado
a balazos cuando iba de camino hacia Santiago a visitar a su familia”.
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